Una visión interna de la contingencia universitaria

20.03.2013 20:04

La vida es compleja en muchos sentidos. La educación pasa a ser pilar fundamental, no solo para la sociedad sino más aun, para la integridad de cada individuo, incluyendo su desarrollo como persona y profesional. Porque la educación no se enseña en cuatro paredes, la educación se aprende en el transcurso de la vida. El aprender depende casi netamente de cuan comprometido se esté en hacerlo, incluso excluyendo al docente que se aventure en enseñar. Sin desmerecer la docencia, creo que se les carga mucha responsabilidad a ellos, los docentes, en cuanta calidad tiene cada individuo en aprender lo que le enseñan. Aun cuando el mensaje sea el mismo, la captación difiere en cada persona, no quiere decir que unos sean mejores que otros, simplemente es responsabilidad de cada uno captar más o menos mensaje en relación al compromiso que se invierte en lograr ese objetivo. Se cuestiona la calidad de educación más allá del compromiso de cada estudiante para captar esa educación, qué es lo que cada uno hace para ser el mejor en su respectiva área. Hoy está en cuestionamiento el sistema que rige y regula la educación universitaria, con nuestra casa de estudios en el ojo del huracán. No comparto el sistema vigente que garantiza una educación "accesible" y de "calidad", porque se hace uso desmedido de esas palabras sin una clara definición por parte del estado, invitando a la interpretación y, por tanto, a la ambigüedad. Si el estado otorga la capacidad a instituciones privadas de formar profesionales futuros, es porque garantiza que aquella institución cumple los mínimos requisitos para realizar dicho acto. Es deber del estado regular y fiscalizar periódicamente a todas las instituciones que tengan ese poder. Reprocho la desvinculación por parte del ministerio de educación de cumplir su labor fiscalizadora y, peor, entregar ese poder a un tercero que cumpla esa labor a aquellas instituciones que de manera voluntaria soliciten ser fiscalizadas, y que además, se les certifique como "acreditadas", como si se tratase de una labor de marketing.

Como la educación es hoy en día más un bien de consumo que un derecho per se, comparto la variedad del mercado, así cada uno tiene el derecho de elegir dónde estudiar; el problema pasa cuando el libre mercado se auto regula sin la oportuna intervención del estado. Si una Universidad privada está facultada para hacer entrega de títulos, es porque el estado garantiza que cumple con los requisitos para esa labor, dándole el nombre de universidad autónoma. Se hace INCREIBLE que la UPV este acusada de "lucro" cuando es una de las universidades con los más bajos aranceles y matriculas del mercado ¿Por qué las universidades que cobran millones más que la UPV no están acusadas de lucro? ¿Cuál es la diferencia?

Entiendo que instituciones privadas recuperen la inversión y ganen rentabilidad, como lo hace cualquier institución privada, pero debería haber un cobro limitado determinado por el estado. Así, el estado no solo debería tener un rol de aval, sino además debería garantizar que las universidades autónomas no sobrepasen un límite determinado de cobro. Para bien o para mal, la educación es hoy un bien de consumo y así funciona el mercado y las marcas.

De cualquier forma, pienso que como estudiante de la Universidad Pedro de Valdivia recibí una educación de calidad, pues además de tener docentes de renombre, también tengo las herramientas para seguir adentrándome en mi área; el preclínico y la clínica odontológica es de alta calidad, así como los docentes y funcionarios que las hacen funcionar.

¿Afecta la contingencia en relación a la educación universitaria, y en particular a la universidad que pertenezco, a mi integridad como estudiante? Claro que afecta, a nadie le puede ser indiferente la opinión pública, y si así lo fuera estaría viviendo en un mundo utópico lleno de fantasías. Pero ahora la responsabilidad no está solo en la Universidad como institución, sino más aún en cada estudiante para representar de la mejor forma a “su” universidad. Un desafío que de alguna u otra manera, estamos preparados para asumir.